La brecha tecnológica y social que margina a las mujeres en la era digital.
En los últimos años, la presencia de algoritmos y la inteligencia artificial (IA) ha crecido exponencialmente, permeando todos los aspectos de nuestra vida. Detrás de esta aparente neutralidad tecnológica se esconde el problema de la discriminación contra las mujeres
Según Genevieve Smith & Ishita Rustagi, existe una enorme brecha de género en lo que supone la inteligencia artificial y la ciencia de datos. La falta de diversidad en los equipos de desarrollo de algoritmos conduce a la ausencia de perspectivas específicas de género, lo cual puede producir la creación de sistemas discriminatorios hacia las mujeres.
«Cuando hablamos de poder, en el mundo tecnológico, como en el mundo en general, existe un techo de cristal que hace que quienes están al cargo de las grandes compañías tecnológicas siguen siendo hombres», comenta Pilar Rodríguez, profesora en el Departamento de Comunicación de la UD e Investigadora Principal del equipo de Comunicación.
Este «techo de cristal» refleja una brecha persistente en la representación de mujeres en roles de liderazgo en la industria tecnológica. Aunque en el mundo las mujeres han logrado avances en campos STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), las barreras persisten, limitando su ascenso a puestos directivos y de decisiones estratégicas.
María Jesús Pando, profesora de la Universidad Deusto, coincide en que los algoritmos y la IA pueden ser herramientas poderosas para perpetuar la discriminación contra las mujeres. «El uso de las tecnologías digitales en sus configuraciones algorítmicas pueden ejercer todo tipo de discriminación y violencias sobre las mujeres», dijo Pando. «En un momento en el que la tecnología se ha convertido en uno de los ámbitos más claros de poder global, la alienación de las mujeres respecto a estas disciplinas las margina aún más».
Los ejemplos abundan. Una investigación de Carsten Orwat expone la discriminación de género llevada a cabo por Amazon en sus procesos de contratación. El estudio reveló que la empresa empleaba un sistema de software desarrollado en 2014, el cual exhibía un sesgo pronunciado hacia términos asociados con mujeres y nombres de escuelas exclusivamente femeninas.
Casos como el de Amazon destacan la interconexión que existe entre la desigualdad en la tecnología y en la sociedad. Esta se manifiesta en el ámbito de la inteligencia artificial a través de la replicación y amplificación de sesgos de género.
La igualdad de oportunidades de las mujeres en la era digital depende de abordar activamente los sesgos de género arraigados en la sociedad que se reflejan en la creación y aplicación de algoritmos. Solo al reconocer y corregir estos sesgos, y al fomentar la inclusión y diversidad en la toma de decisiones tecnológicas, será posible avanzar hacia un futuro digital y social más equitativo y justo.
«Todo lo que la sociedad avanza, avanza en este campo y todo lo que la sociedad retrocede también retrocede en este campo», afirmó María Luz Guenaga, profesora de la Universidad Deusto. «Entonces avanzamos a la medida en que nos empoderamos, en que nos dejan y nos dan espacio para empoderarnos».